martes, 27 de agosto de 2013

Las mentiras del libro de este libro

Y no se comprobó el robo del arma

EDUARDO VILLA

Hace unas semanas, una noticia se generó gracias a los rumores que corrieron en las diversas instituciones policíacas, llegó a los oídos de algunos reporteros que sin dudarlo decidieron publicarla.
Dicha información comenzó a permearse y al final terminó siendo aceptada por las fuentes oficiales de la Secretaría de Seguridad Pública del Estado, quienes tuvieron que dar la cara y confirmar un incidente verdaderamente bochornoso. El robo del arma.

Sé que muchos pensarán que es un tema que no aporta nada nuevo y que ya debería pasar al olvido, pero todo el proceso es una joya que refleja lo que ha sido la seguridad en la entidad en los últimos tres años.
Por un lado, un Daniel de la Rosa, titular de la dependencia, totalmente preocupado por lo que se diga la sociedad de su persona, que cabe señalar, días antes del incidente se manejaba en lo más alto tras recibir la Recertificación CALEA y ser condecorado con el Triple Arco (Mi opinión sobre esta condecoración me la reservaré para otra columna).

Más extraño y penoso que el extravío del arma, que algunos osan llamar robo, es que se demostró el poco respeto por las leyes que el mismo gobierno predica y exige a los ciudadanos respetar.
El colmo de esto es que el joven detenido de apellido Lara López, fue acusado de narcomenudeo y no por el robo del arma, luego de que según el parte informativo que se envió a la Procuraduría General de Justicia del Estado, fue descubierto en posesión de 10 “globitos” de la droga sintética conocida como “ice”.

Sin embargo, en ningún momento el área de Comunicación Social de la SSPE informó que la detención se dio con el enervante. Inclusive, cuando se preparó el boletín, se protegió la identidad del imputado, como se hace en los casos relacionados al Nuevo Sistema de Justicia Penal y no en los del Sistema Tradicional como lo es la posesión de droga.

Tal era la rabia de los jefes de la PEP, que se glorificaron por una detención arbitraria, sin explicaciones y que no tiene que ver con el delito por el que era perseguido, pues hasta el momento, no se ha girado la orden de aprehensión en contra del imputado por el robo del R-15.

Esto se debe a que la dependencia no tuvo la capacidad de integrar el caso y acusar al joven, que cabe señalar, de ser presentado al Ministerio Público por el robo del arma, hubiera quedado en liberad en cuestión de horas, debido a que el NSJP tiene estas bondades.

Desde luego esto no podía ser aceptado por el jefe de la seguridad en la entidad, y se necesitaba detener a este hombre por encima de cualquier Ley, de cualquier garantía, sin importar si se demostraba su responsabilidad o no, por la ilegalidad que había cumplido.

Es por ello que fue detenido con droga y el caso se olvidará, el robo del arma quedará impune para la PGJE, y un joven, recibirá una sanción que se desconoce si merecía.

No se respetó al NSJP, no se respetó a los ciudadanos, no se respetó el “cambio cultural” que se necesita para aprender que no todos los delitos deben ser pagados con cárcel.

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