Por Alejandro García
Todos deberíamos de saberlo; pero si no es así, el pasado
30 de enero el titular de la Secretaría de Gobernación, Miguel Ángel Osorio,
anunció un recorte presupuestal de 124 mil 300 millones de pesos en el país.
Con el paso de las semanas, después de esta noticia las dependencias federales
han ido siendo enteradas de los ajustes a sus recursos, de la misma forma las
delegaciones en los estados. La re-organización del dinero no fue inmediata
sino que ha sido gradual.
Al ser de esta manera, las noticias desde el centro del
país han ido llegando poco a poco a las representaciones de las Secretarías que
tienen presencia en Baja California, más de 80. Solo Turismo y Salud no tienen
delegaciones en la entidad, por lo que los recursos los manejan directamente
las instancias estatales.
En ese sentido, la semana pasada el titular de la
Secretaría de Salud en el Estado, Sergio Tolento Hernández, anunció que este
sector vería disminuido su presupuesto para este año como consecuencia del
mencionado recorte. De esta manera prácticamente se descartan obras de
infraestructura para este ramo, ya que con los montos que se manejan apenas se
pueden sostener los espacios que ya existen.
Pero la situación es más grave aún. En el 2014 el
presupuesto de esta dependencia fue de aproximadamente 3 mil millones de pesos;
en números redondos, 2 mil millones de esta cantidad se destinó al pago de
salarios, 500 millones para adquisición de medicamentos y material de curación,
y 500 más para la implementación de los diferentes programas preventivos y de
contención de enfermedades.
¿Dónde se hará el ajuste presupuestal? Los salarios no se
pueden dejar de pagar ni se puede recortar el personal; lo primero por la
presión que esto representaría por parte del Sindicato y lo segundo porque en
realidad hay un déficit de trabajadores en la Secretaría. Prácticamente
imposible parece disminuir recursos para medicinas, ya que de por sí existen
quejas por desabasto en casi todas las unidades de la dependencia. Parecería
que el ajuste tendrá que darse en los programas de salud.
Ahora bien. Como fue anunciada esta disminución, semanas
antes el delegado de la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol) presumió que
su presupuesto creció para el 2015. Sin decir cifras exactas, el funcionario
aplaudió la decisión del presidente Enrique Peña Nieto de aumentar el recurso
para gasto social en Baja California.
Cruel fue el mensaje que envió el jefe del Ejecutivo con
esta decisión. “No hay dinero para salud, pero si lo habrá para despensas” fue
lo que prácticamente nos dijo. El Hospital Materno Infantil de Tijuana avanzará
lentamente en su apertura, pero se entregaron televisiones gratis en toda la Entidad.
Seguramente habrá desabasto de medicamentos, pero habrá cheques mensuales (y
paupérrimos) para las familias que en realidad necesitan empleos bien pagados.
Estos y otros mensajes se enviaron desde la capital del país.
Todo se torna más grave porque con la disminución de
recursos se pondrían poner en riesgo los operativos que se llevan a cabo contra
el dengue y la ricketsiosis en el municipio de Mexicali, sobre todo cuando se
teme que el 2015 sea el año donde se detonen mayor cantidad de casos de ambas
enfermedades.
De esta manera, el presidente Peña Nieto continúa con una
desafortunada política interior, privilegiando aspectos que parecen triviales
(disminuir el costo de la larga distancia) y olvidando cuestiones que son parte
de derechos elementales en cualquier país del planeta.
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