viernes, 22 de marzo de 2013

COLUMNA APU “Las mentiras del libro de este libro”

Por: Eduardo Villa

Cerca de 30 unidades de las diferentes corporaciones encargadas de mantener la seguridad de la ciudad son vistas por decenas de vecinos de las distintas colonias denominadas “prioritarias” dado a sus altos índices delictivos.
Como si se tratara de un traslado de un poderoso capo de la mafia, la Dirección de Seguridad Pública, la Procuraduría General de Justicia del Estado, la Procuraduría General de la República, la Secretaría de la Defensa Nacional y la Policía Federal Preventiva, realizan mega operativos conjuntos, similares a los antes llamados “BOM” (Base de Operaciones Mixtas), donde pareciera que única finalidad de este movimiento es el que la gente se dé cuenta que “están trabajando”.
Por las calles se ven pasar caravanas de tres o cuatro grupos conformados por 10 vehículos oficiales cada uno. En las vialidades principales se instalan puntos de vigilancia con 10 o 12 elementos, siendo resguardados en todo momento por militares con las armas de grueso calibre listas para ser accionadas en cualquier momento.
La movilización no tiene pies ni cabeza, apostando siempre a la casualidad y a la improvisación, se despliegan por toda la comunidad en espera de que alguna persona esté cometiendo algún crimen a media calle y poder detenerlo en la tan ansiada “flagrancia delictiva”, misma que facilita el trabajo de investigación.
Sin embargo, los códigos y las sirena de las patrullas encendidas en todo momento anunciando el vaivén de los grupos operativos, por lo resulta más complicado asegurar a alguien “con las manos en la masa”.
Se detiene a cualquiera que presente una “actitud sospechosa” y se le humilla frente a los transeúntes al someterlo a una “revisión corporal precautoria”.
Docenas de llamadas a C4 realizadas por ciudadanos asustados, dan aviso a la autoridad de una gran movilización policiaca que se está presentando en su colonia con la intención de saber lo que está ocurriendo.
“Han de haber matado a alguien pesado…”, dice un ciudadano que sus gestos dejan ver un poco de morbo mezclado con asombro.
Al final, los morbosos terminan decepcionados al escuchar que solo se trata de un “operativo preventivo”, mismo que se implementa durante varias horas en distintas zonas del municipio y que generalmente presenta saldos deprimentes.
Esta estrategia de simulación ha sido incluso rechazada por el secretario de Seguridad Pública del Estado, Daniel de la Rosa, quien si bien no se atrevió a criticarla, aseguró que ellos no intervendrán en este tipo de operativos, puesto que consideran que son más efectivos las labores directas hacia objetivos específicos.
Tomando esta declaración del funcionario, nos remontamos a uno de estos operativos realizados hace algunos días donde se tuvo el saldo de 8 personas por distintos delitos del fuero común y algunas dosis de droga tan insignificantes que ni siquiera se logra acreditar una acusación importante, por lo que el sujeto queda en libertad en lapso de horas.
Las 30 unidades necesarias para este operativo llevan por lo menos a dos personas cada una, lo que quiere decir que son 60. Por lo tanto, se necesitaron a cerca de 9 elementos para detener a cada uno de los delincuentes en promedio.
Esta es la forma en que las corporaciones civiles y castrenses, ha decidido salir a vigilar las calles para disminuir la incidencia delictiva, misma que según las cifras de la Secretaría de Seguridad Pública del Estado, ha disminuido en un 14 por ciento en términos generales, pero esto solo queda en números, puesto que la cifra negra en materia de denuncias sigue siendo por lo menos del 50 por ciento, según estiman fuentes oficiales.

No hay comentarios:

Publicar un comentario