sábado, 27 de septiembre de 2014

Participa APU en Semana de la Comunicación



Esta fue la ponencia presentada en la semana de la comunicación por APU
Ponencia para el Foro De Libre Expresión; Periodismo como profesión.

“Buenos días a todos –buenas tardes-, Mi nombre es Cristian Torres reportero del semanario ZETA en Mexicali y actual vocero de la Asociación de Periodistas Universitario (APU), hoy vengo a hablar en nombre de mis compañeros con cuales compartimos un mismo ideal, el periodismo libre y responsable y comprometido en Baja California.
El periodismo que actualmente se hace en Baja California es el más hipócrita del que se ejerce en el resto del país decimos que en otras entidades la realidad es más cruel cuando tan solo en mi periódico han sido ejecutados periodistas, Héctor Félix Miranda y Francisco Ortiz Franco, el primero en 20 de abril de 1988 y el segundo el 22 de junio en 2004.
En ese inter, se salvó de milagro Jesús Blancornelas quien fue víctima de un atentado el 27 de noviembre de 1997, ese mismo año aquí, a la vuelta de la esquina, el periodista Benjamín Flores director de La Prensa de San Luis Río Colorado fue ejecutado, entre estos casos está la mancha del narcotráfico pero también la impunidad de los gobiernos tanto del PAN y del PRI.
Hoy el riesgo no es menor, en los últimos años sigue a la sombra de las amenazas a los medios en Tijuana, también en Mexicali varios reporteros fueron víctimas de la política del terror del narcotráfico que los a obligó incluso a salir de la ciudad por algún tiempo.
La mancha de la impunidad sigue vigente, sin embargo hacemos oídos sordos, nos agreden, los funcionarios nos censuran, incluso actualmente hay demandas penales en contra de comunicadores.
Esta situación no es la única parte de la moneda, con la bandera de la libre expresión y la protección a los periodistas muchos compañeros se cuelgan para sacar tajada.
Reporteros que en su vida han investigados y que viven de los boletines o de las fuentes oficiales son los primeros en reclamar y pedir dadivas a su favor, bajo ese contexto surge la Ley para el Desarrollo y Protección Social de los Periodistas del Estado de Baja California.
Construida desde las oficinas del Partido Revolucionario Institucional, la ´Ley Chayote´ como le llamamos algunos, fue una forma de comprar a los más entusiastas periodistas que vieron en él, su fondo de pensiones y jubilaciones.
La Ley Chayote buscaba institucionalizar las dadivas que muchos ya reciben en efectivo o con jugosos contratos de publicidad que no justifica -audiencia e impacto mediático con la prerrogativas que obtienen-.
Por ello surge APU, una asociación de jóvenes que mantenemos una postura en contra de la Ley, la cual consideramos que solo es un fondo económico que pretendía ser administrado por integrantes de la vieja guardia del periodismo, esa de la que seguimos renegando y que también el PRI eligió.
La estrategia política era utilizar la Ley para ganar las simpatías del gremio durante la campaña política pero una vez pasada, también fue olvidada, los diputados del PAN no quisieron ponerse contra la prensa por lo que la votaron sin debate, el gobernador José Guadalupe Osuna Millán fue en parte culpable por omiso, sin embargo decidió mandarla a la congeladora.
Ahí se encuentra en estos momentos, en el olvido y que bueno, nosotros seguiremos pregonando para que desaparezca, para que se promulgue otra Ley pero esta vez, que sea basada en una real bandera de libertad de expresión, que contenga verdaderos mecanismos de protección a periodistas y no sea una farsa en la cual se creó un especie de DIF para periodistas.
Si van a crear una Ley para periodistas hagan otra para albañiles, jardineros, amas de casa, si el chiste es atender a las personas que no cuentan con seguridad social hagan una pareja para todos, ¿acaso se justifica una Ley para periodistas solo por estar cerca del poder?, ¿eso nos hace superiores a los demás legalmente?
No nos engañemos, al Estado mexicano no le interesa los trabajadores sin seguridad social, y prueba de ello es la política de outsourcing que se aprobó con las modificadores a la Ley del Trabajo.
Si el gobierno del Estado quiere apoyar a los periodistas, que acuda a los medios de comunicación que también son centros de trabajo y que los haga cumplir con las obligaciones obrero-patronal a los que tiene derecho cualquiera persona, ahí tienen al Mexicano, hace unos días se manifestaron sus trabajadores por que no les quieren respetar su antigüedad.
El Congreso también puede ayudar, señores diputados –en caso de que este alguno presente- La Organización de la Naciones Unidas, Articulo 19 y demás organizaciones de libre expresión les han señalados que los delitos del honor ya no caben en el siglo XXI en el código penal.
Ese mecanismo que -casi nunca se usa pero cuando se ocupa ahí está-, muy conveniente, nos tiene atrasados en el tema de Difamación y Calumnias el cual debe de estar en un código civil, y que muy inteligentemente congelaron para bajar la presión mediática.
Aprobaron un Instituto de transparencia en Baja California pero lo dejaron sin dientes, no tiene facultades de sancionar a nadie, hablaron de una Ley de Transparencia en el Estado pero cada vez, es más común las negativas de información, existen padrones que simplemente desconocemos a quienes benefician.
Si me preguntan, el gremio actualmente vive en la opacidad, cada vez es más frecuente que un reportero sea también funcionario sin importar el dilema ético que representa, en el Mexicali surrealista podemos ver a un jefe de comunicación de la policía y reportero de la fuente, cada vez es más común que los periodistas le llevan agenda a algún político o incluso sean voceros en campaña política, sin escrúpulos juegan a ser patos y escopetas según les conviene.
El periodismo esta corrompido por esta gente, ahora cualquiera compra una cámara de video y se hace pasar por periodista y desde esa posición chantajean a los funcionarios incautos, bueno, ya hasta a la de los tacos, por desgracia esta es una práctica que va a la alza.
El periodismo se muere… son cada vez menos los medios de comunicaciones que le apuestan a la investigación, prefieren coludirse con los gobiernos que al cabo dinero es lo que les sobra, tan solo en 2014 el Congreso le autorizó al Gobierno del Estado una partida de 112 millones de pesos y yo estimo que otros 40 millones del sector paraestatal, por lo menos eso fue lo presupuestado en 2013.
Para la publicidad institucional no existen reglas claras de cómo se distribuye el presupuesto, por eso se hace de manera indiscriminada y con carácter electoral, por ejemplo, el congreso del Estado.
En 2013 se gastaron 46.5 millones de pesos para la materia, de ahí salió –nos queda claro a todos los periodistas- la campaña política para gobernador de Fernando Castro Trenti, con una opacidad como no ocurría en décadas, y lo que son las cosas, la diputada presidenta de la Comisión de Comunicación Social ahora en esta legislatura fue nombrada titular el área, aún desconocemos los montos y a quienes se les entregó ese recurso ya que se niega esa información sistemáticamente.
¿Qué se puede hacer?
Se tiene que construir ciudadanía, personas informadas que impulses la libertad de expresión, en APU le apostamos con nuestros modestos esfuerzos a trabajar con los jóvenes, retomar temas de ética con los estudiantes de la carrera de Comunicación para que lleguen con otra mentalidad.
Tenemos que crear una verdadera Ley pero que no sea de periodistas, que sea para la libre expresión en el Estado de Baja California y que comprometa a los gobiernos a hacerla respetar con penas establecidas a los funcionarios que se opongan.
Hay que regular los prepuestos y las campañas institucionales para que realmente le sirvan a la gente, un dato, en 2013 la Secretaría General de Gobierno gastó un presupuesto de 30 mil pesos, de esa área depende Protección Civil, mientras que la oficina del ejecutivo gastó en su imagen 11 millones 498 mil pesos.
Tenemos que empezar a denunciar las malas prácticas aunque eso repercuta en enemistades, “un periodista se me acercó en una ocasión y me dijo, perro no come perro… señores, yo les contesto que yo no soy perro, sino periodistas y si la corrupción está en el periodismo también hay que denunciarla.
Lamento si no referí al periodismo como los mártires de la democracia, pero no lo somos, como diría Ryszard Kapuscinsi, ´los cínicos no sirven para este oficio´”, gracias.

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